El Hijo Prodigo

El fin de semana pasado tuve la oportunidad de compartir una charla con algunos hombres de la iglesia en El Negrito junto con algunos de San Pedro Sula. La charla fue acerca de la parábola del hijo prodigo.

Me gustaría compartir con ustedes algunos aspectos importantes acerca de estos versos que encontramos en el libro de San Lucas 15:11-24.

En primer lugar a pesar del título que tradicionalmente se ha utilizado para referirse a estos versos, creo que la historia se centra en el padre y no en el hijo. De esta manera muchos teólogos han acordado que un título correcto para esta historia sería “El Padre Amoroso” en lugar de “El Hijo Prodigo”.

Verso 11. Aquí  encontramos a los principales protagonistas de la historia: un hombre y sus dos hijos.  De manera general se puede decir que el hombre, el padre, representa a Dios, el hijo mayor representa al pueblo de Israel, siendo estos los primogénitos de la salvación de Dios y el hermano menor representa a la iglesia actual; los hijos de Dios recatados por su gracia y no por la ley. Sin embargo la interpretación de esta historia también se puede trasladar a un plano personal donde el hijo mayor representa al espíritu religioso y fariseo de algunos creyentes en la actualidad y el hijo menor representa al creyente que decide alejarse de Dios a causa de algún pecado recurrente.

Verso 12. El hijo menor le pide al padre que le de la parte que le corresponde de los bienes que han de ser heredados. La costumbre judía era que el primogénito recibía dos terceras partes de los bienes y en este caso el hijo menor recibiría la tercera parte de los bienes.  Note como el hijo menor le exige al padre de manera dura, arrogante, “Dame la parte de la haciende que me corresponde”.

Conocemos de esta manera, en el verso 12, el carácter de nuestro Padre Celestial, que no obliga, que no reprocha, que no se interpone en nuestra decisión de querer una libertad alejada de su cuidado y su protección. El padre, sin reclamos, les reparte la hacienda. Es así; cuando decidimos alejarnos de Dios el nos da esa libertad comúnmente llamada libre albedrío. Dios solo nos muestra el camino del bien y el camino del mal pero está en nuestras manos decidir cual seguiremos.

Verso 13. El apóstol Pablo nos explica en el libro de Romanos 7:7-8 que la tentación a los pecados nos viene por nuestra concupiscencia. La concupiscencia es sentirse inclinado hacia cierto pecado y vivir pensando en él hasta llevarlo a cabo. Este proceso de consumar cierto pecado puede llevar algún tiempo en el que el espíritu lucha contra la carne, Romanos 7:18-22. Leemos entonces en el verso 13 que le llevó algunos días, no muchos, tomar la decisión de marcharse, pero finalmente lo consuma, y se marcha muy lejos.

Verso 14. Volver al mundo sin Dios después de haber vivido bajo la abundancia de su gracia es sin duda la peor experiencia que un humano pueda vivir en esta tierra. Se llega al punto donde se es irreconocible para sí mismo, viviendo sin el fruto del Espíritu, experimentando sentimientos de furia, vanidad, deseos de placer instantáneos que solo llevan a una vida de miseria y amargura. Se empiezan a malgastar los dones y los talentos, se desperdicia todo lo que se había ganado. Es de este verso de donde se extrae el nombre tradicional de la historia ya que prodigo significa disipador, gastador, que desperdicia en gastos inútiles.

El libro de Salmos 34:10 nos revela una gran promesa: "...los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien." No así el hijo prodigo que comenzó a faltarle una vez que lo había malgastado todo.

Verso 15 y 16. El fin de semana pasado confronté a los hombres en la charla con estas preguntas: ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar con su pecado? ¿Está dispuesto a olvidar todo lo que antes le parecía justo y correcto? ¿Está dispuesta a afrontar vergüenza por su pecado? ¿Está dispuesto a morir por su pecado? (Romanos 6:21) Recordemos que en la ley judía el cerdo era un animal inmundo.  Sin embargo, no importándole todo lo que él había aprendido desde su nacimiento, decide tomar un trabajo cuidado cerdos y aun más, tomar la comida de los cerdos.

Continuará…